Antes de empezar, lo primordial es asesorarnos bien acerca del material básico. No todas las gafas sirven, por ejemplo. Ni todas tienen efecto anti-vaho. Un detalle que, a la hora de nadar, se agradece muchísimo. Y, de hecho, es uno de los requisitos por los que acabamos seleccionando o descartando futuras gafas.
Practicar una correcta brazada
El estilo más común es el crol, pero esto sirve para los otros tres estilos que se practican en natación. La técnica es la parte fundamental de la ejecución de la brazada y cada nadador tiene que encontrar el ritmo de brazada más cómodo.
Es un proceso largo porque requiere de mucha práctica y ejercicios, pero si se tiene un referente que te guíe, el proceso se convierte en más fácil.
Tómatelo con calma
La experiencia, en este sentido, es un grado. Y conseguir velocidad no es cosa de dos días. En este sentido, si se empieza a nadar de forma excesivamente rápida, lo primero que va a ocurrir es la falta de aliento. Y, consecuentemente, la pérdida del ritmo, desconcentración y tener que parar. Nadar más durante las primeras sesiones no es sinónimo de conseguir resultados rápidos. Se trata de trabajar bien la técnica y ser efectivos.
Mínimas salpicaduras
La clave es en tener una brazada suave, que no salpique, sino que se deslice en el agua. Si te fijas en que salpicas mucho, la técnica de la brazada no es la óptima.
Patada en forma de tijera
En natación, los pies conforman el segundo bloque. En este caso, la patada más efectiva es la que se realiza con las rodillas flexionadas y los pies estirados, en punta. Y la consecución de la patada se asemeja el movimiento de un tijeretazo.
Si te sientes fatigado
Si estás en medio de la sesión de entrenamiento y notas que estás fatigado o te sientes cansado, puedes probar de nadar varias piscinas de forma suave o incluso con un pull-boy entre las piernas o una tabla de hacer pies para que puedas recuperar aire y bajar el ritmo y/o la intensidad del nado.
Exhalar por la nariz
El truco que más cuesta conseguir y que, al mismo tiempo, es uno de los más importantes para la consecución del nado fácil y constante. Es más, la técnica de respiración adecuada en la natación es respirar por la boca. Mientras la cara permanece dentro del agua, la boca estará cerrada pero, al sacar la cara fuera para inhalar, se cogerá aire por la boca. La técnica adecuada es respirar por la boca y por la nariz. La idea es que a la hora de practicar el viraje se exhale por la nariz.
Ahora es el momento de practicar, practicar y practicar, la forma con la que conseguirás mejorar.