Sé constante
Ser constante con pequeños y estables ejercicios transformará tu salud y capacidad atlética mucho más eficientemente que ejercicios masivos pero ocasionales. Tu cuerpo responde mejor a ejercicios constantes a lo largo de varios meses. En esos días que parece que tu vida está saturada de actividades y se vuelve difícil planear una rutina de 1 hora, en vez de tratar de hacer todo intenta ver si puedes hacer una rutina de 20 minutos. Haz que la constancia sea tu mantra y el entrenamiento te redituará dividendos sorprendentes.
Procura competencias cortas antes de ir por las largas
Seguramente has estado viendo las grandes competencias mundiales de triatlón, donde ves a los atletas pasar por largas millas de recorrido nadando, en bicicleta y corriendo. Estas distancias no son las ideales para alguien que va a competir por primera vez.
Empezar a competir en distancias cortas es lo ideal, especialmente cuando nuestros cuerpos no están acostumbrados a realizar tanto esfuerzo físico. Un sobre entrenamiento al cuerpo más la presión de competir puede causar lesiones.
Piensa del triatlón como un deporte
Este punto te ayudará a reducir la presión que probablemente estés sintiendo al prepararte para tu primer triatlón. Nadar, pedalear y correr parece que son diferentes, pero en términos de triatlón, estás usando el mismo sistema de energía (aeróbica) para cada uno. Así que aunque nadar parezca no tener nada en común con una persona sentada en una bici, tu tiempo de entrenamiento en la alberca contribuye a tu habilidad para ejecutar eficientemente en la bici y a correr largas distancias. Con este principio en mente, tu plan de entrenamiento debería ser eficiente por naturaleza. Lo que los primeros triatletas profesionales descubrieron en los 80’s fue que cualquiera que intente combinar entrenamientos completos de nado, bici y carrera en un sólo calendario, sufrirá de un rendimiento declinante y fatiga. Lo que quieres es encontrar el punto clave en el entrenamiento -la mínima dosis efectiva que te ayude a mejorar tu salud y capacidad de ejecución.
Convierte la debilidad en fortaleza
Uno de los errores más comunes que hacen los nuevos triatletas es que gravitan hacia una fortaleza -por decir, correr- y evitan sus debilidades -tal vez, nadar-. No caigas en esta trampa. Aquí otro mantra que puedes tener en mente: Harás las más grandes mejoras como triatleta al priorizar convertir tus debilidades en fortalezas.
Comparte entrenamientos
El triatlón puede sentirse fácilmente como un deporte solitario. Pero puede y debería tener un sentimiento de equipo más fuerte. Tener un grupo de amigos con quien entrenar, al menos los fines de semana, le da una medida de responsabilidad a todo. Ser parte de un grupo o equipo (o con un amigo) triplica el disfrute de una carrera, ya que están todos involucrados e inevitablemente la carrera ya no se trata sólo sobre ti. Te vuelves mutuamente involucrado en cruzar la meta, y también hace que las historias post-carrera sean mucho más divertidas.
Diviértete
El triatlón comúnmente se describe como un deporte agotador, pero no tiene que ser así. Si entrenas constantemente y le dedicas esfuerzo a convertir tus debilidades en fortalezas, la carrera te dará una confirmación de tu dedicación, en vez de ser puro sufrimiento. Para lograr que el triatlón se convierta en una actividad que construya salud y autoestima, busca formas de hacerlo divertido. No te lo tomes tan en serio como para no poderte reír de un mal día en el entrenamiento o de una mala carrera. Haz que se convierta en un juego. Rétate con metas pequeñas que te saquen un poco de tu zona de confort, pero permítete la satisfacción que viene con cruzar la meta un poco mejor que la vez anterior.
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